Fíjate en los recién nacidos. No han hecho nada para sentirse tan felices. No trabajan; se hacen caca en los pañales, y no tienen más metas que crecer, expandirse y explorar este asombroso mundo. Quieren a todo el mundo, se lo pasan estupendamente con una botella de plástico o con las caras de bobo que les ponemos, y se encuentran en un estado permanente de amor; sin
embargo, no tienen dientes, ni pelo, y son regordetes y tienen gases. ¿Cómo pueden sentirse tan alegres y contentarse con tanta facilidad? Porque aún se encuentran en armonía con la Fuente que dispuso que vinieran aquí, y no oponen resistencia a la alegría.
Sé como ese niño pequeño que fuiste en tu momento en términos de alegría. No hace falta razón alguna para ser feliz. Basta el deseo de serlo.
El Poder de la Intención. Wayne W.Dyer
🕉️ Yogui 🕉️
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